Dos desconocidos

Puedo soportar muchas cosas en esta vida pero si hay una que no aguanto es ver que me ignores. Que veas mis llamadas y no las contestes, que leas mis mensajes y no respondas, que me veas pasar y no me saludes, que te hable y me seas indiferente. Soy una persona, estoy parada acá mismo, esperando que algo de tu interior vuelva a su lugar. No hacía falta que hicieras como si no me conocieras, no tenías que ser tan duro conmigo. A veces me asombra que no puedas recordar el tiempo en que solías quererme. Me dejaste acá, pensando en nuestro tiempo juntos, que en cierto punto dejó de tener sentido. Dijiste que podíamos ser amigos y después me cerraste la puerta en la cara. Me tratás como si no me conocieras, como si fuéramos extraños cruzándonos por casualidad en la calle. No me mirás porque tenés miedo de verte reflejado en mis ojos y por fin, encontrar ese pedazo de tiempo que parece perdido. Vos no sabes, evidentemente no sabes lo difícil que fue que me trates como basura, no sabes lo poco creíble que todavía suena para mi que ya no me quieras. Ahora que todo terminó, parece que sólo fuimos dos personas que se conocieron, se quisieron, se hirieron y se rindieron ante la razón de la distancia.