Te di 6 años de mi vida, todo lo que quisiste lo tuviste, me necesitabas y ahí estaba, y hasta lo que no tenía, te lo dí... ¿Libertad? ¡Te sobraba! Y a mí me faltaba. Siempre callándome todo, mi novio era perfecto y yo no tenía que ahogarlo, él tenía que ser feliz, yo tenía que hacerlo feliz (y como siempre, su felicidad siempre por delante de la mía).
Mi único alimento era la confianza ciega, esa confianza que teníamos ante todo y hoy día ya no sé lo que significa esa palabra.
Dicen que uno nunca termina de conocer a una persona. Puse las manos en el fuego una vez más. O sea, ¡hello! Nadie arruinaría una relación de años por nada, siempre fuimos de frente con la verdad (¿fuimos?). Nuevamente, me quemé.
¿Cómo se puede vivir asi? Mirando a la cara a una persona sabiendo que le mentís. Me doy cuenta que pienso que todos son iguales que yo, igual de buenos, de ingenuos, de idiotas y sinceros. Me equivoqué.
No hay persona más comprensible que yo. A todo lo que me decías respondía que sí, jamás te negué que hicieras nada (¿quién soy yo para hacerlo?), entonces qué necesidad había de mentirme. Me quemo la cabeza pensando en qué me equivoqué, qué fue lo que hice mal... y no encuentro una respuesta.
La mentira tiene patas cortas, y esta duró 6 años. Una relación basada en mentira. No puedo vivir mintiéndome a mí misma, haciendo que no pasó nada, borrando esos recuerdos para estar "bien". Yo también quiero vivir, yo también quiero ser FELIZ. Merezco algo bueno en la vida, merezco algo mejor.
(como siempre dándote todo: libertad querías, libertad ahora tenés...)

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